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El olivo es un árbol milenario que ha sobrevivido durante décadas a los diferentes cambios de nuestra sociedad e incluso a los climas más extremos que están teniendo lugar como consecuencia del cambio climático. Pero su fortaleza, como sucede con el resto de plantas o árboles frutales, también puede verse afectada por plagas o enfermedades que tienen una consecuencia directa sobre las cosechas del olivo. ¿Quieres saber más sobre el olivar  y las enfermedades que le afectan? Hoy profundizamos sobre algunas de las más comunes y sobre cómo detectarlas a tiempo.

Enfermedades que afectan a los olivos

El olivo es un árbol realmente fuerte y capaz de adaptarse al terreno o el clima, especialmente en ambientes secos, pero como sucede con otro tipo de árboles frutales, no están exentos de los daños que generan algunos insectos, hongos o bacterias. A continuación detallamos algunos de los más habituales.

Enfermedades provocadas por insectos

  • Aparece en climas húmedos, concretamente después de la lluvia. El insecto chupa la savia y los jugos vitales del árbol, reduciendo la capacidad de fotosíntesis y disminuyendo la aparición de nuevos brotes.
  • Algodoncillo o Euphyllura olivina. Como sucede con las enfermedades provocadas por insectos, en este caso, las larvas también extraen los nutrientes del árbol. Aunque deben tratarse, los daños son de menor consideración en comparación con otras plagas.
  • Prays del olivo. Se trata de una polilla que aparece entre octubre y noviembre y penetra en las hojas para más adelante introducirse en la flor del olivo y alimentarse de los estigmas.

Enfermedades bacterianas

  • Tuberculosis del olivo. Está producida por la bacteria Pseudomonas savastanoi, muy frecuente en zonas húmedas, sombrías y de intensas lluvias. Esta infección va debilitando el árbol y, aunque resulta dañino, el olivo sigue produciendo fruto en menor medida.
  • Xylella fastidiosa. Se la conoce comúnmente como el «ébola del olivo» y es una de las enfermedades más peligrosas que puede sufrir. Los síntomas que provoca en el árbol son un marchitamiento y decaimiento por todo el olivo. En España fue detectada hace pocos años.

 Enfermedades causadas por hongos

  • Repilo del olivo, ocasionado por el hongo Spilocaea oleaginea, suele aparecer durante los meses de octubre, febrero y marzo. Esta enfermedad afecta principalmente a las variedades del olivar más sensibles, mermando considerablemente su capacidad productiva.
  • Negrilla, habitualmente conocido como tizne. Se trata de una infección provocada por las plagas. Algunos insectos expulsan una sustancia especial que prolifera el crecimiento de este hongo. Cuando se extiende provoca que el olivo no pueda generar la fotosíntesis y termina por resecarse.
  • Aceituna jabonosa o antracnosis. También se encuentra entre una de las enfermedades más peligrosas para el olivar. Provocada por la especie Colleoctrichum, estos hongos atacan directamente a las aceitunas, lo que termina afectando a la cantidad y la calidad de la cosecha.

Enfermedades por virus

  • Virus del mosaico. Generalmente, este tipo de enfermedades, son difícilmente tratables, por lo que la prevención es realmente importante. En concreto, este tipo de virus provoca que el árbol sea de menor tamaño, además de sus frutos. También causa deformaciones en las ramas y manchas en las hojas.

¿Qué plaga es la más común en las plantaciones de olivos?

La mosca del olivo o Bactrocera oleae es una de las plagas habituales que sufren los olivos. Aparece durante los meses de la primavera (abril y mayo) y se alimenta de las sustancias azucaradas de la flor. Además, deposita los huevos en las aceitunas donde se desarrollarán las larvas, dañando por completo el fruto y reduciendo su calidad.

Para controlar esta plaga, se pueden utilizar trampas quimiotrópicas o métodos biológicos. También es importante realizar un monitoreo regular de la plaga y adoptar medidas de control tempranas para prevenir daños graves en el olivar.

¿Cómo saber si un olivo está enfermo?

Para detectar de manera ágil la infección en un olivo, el primer reconocimiento debe ser visual, es decir, al examinar el propio árbol, los daños se aprecian rápidamente. Estas son algunas de las lesiones que se pueden observar:

Alteraciones en las hojas.

Aparecen manchas de color amarillento o marrón, las puntas de las hojas se secan o aparecen bultos y protuberancias.

Cambios en las ramas.

El ramaje se deforma o se seca, en ocasiones hasta romperse.

Daños en el fruto.

Se aprecian puntos secos o manchas oscuras en las olivas.

Aparecen variaciones en la corteza como manchas, hongos, moho…

Todo ello también genera otro aspecto visible a tener en cuenta: la bajada de producción.

El olivo puede estar poco saludable, pero no enfermo

Además de las enfermedades o plagas que maltratan el olivo y reducen las cosechas, estos síntomas denotan deficiencias de magnesio o de excesivo riego, entre otros problemas.

  • La muerte o putrefacción de las raíces debido a un exceso de agua o una falta de oxígeno en el suelo.
  • Mal estado de los brotes y ramas jóvenes debido a un exceso de agua o una falta de oxígeno en el suelo.
  • Las manchas marrones en las hojas indican en muchas ocasiones una falta de magnesio.
  • La defoliación temprana es la pérdida de hojas antes de tiempo estimado, lo que puede ser un signo de una falta de nutrientes o un exceso de agua.

Prevención de plagas y enfermedades en el olivar

La prevención es una de las mejores herramientas y metodologías para evitar las plagas y las enfermedades en el olivo. Estos puntos son claves para prevenir en gran medida los daños en el árbol:

  • Controlar la temperatura. Evitar el exceso de humedad o calor que contribuye a la proliferación de las enfermedades y las plagas.
  • Mantener una buena «higiene» del olivo. Realizar una buena poda del árbol, además de limpiar la materia orgánica o restos inservibles que queden en el suelo para reducir los puntos de entrada de los insectos o las bacterias.
  • Riego adecuado. Evitar el exceso de riego, especialmente durante la época de crecimiento activo de las hojas, para prevenir la poda de raíz y la defoliación.
  • Revisión regular. Revisar regularmente las hojas, ramas y frutos para detectar cualquier signo de enfermedad o plaga.
  • Uso de variedades resistentes del olivar. Frente a plagas y enfermedades locales.
  • Control biológico. Hacer uso de enemigos naturales (otros insectos) para controlar las plagas de forma sostenible.
  • Tratamientos químicos precisos. Aplicar tratamientos químicos solo cuando sea necesario y siguiendo las pautas recomendadas para minimizar el impacto ambiental y garantizar la seguridad de los consumidores.
  • Aplicar la rotación de cultivos. Para interrumpir el ciclo de vida de las plagas y enfermedades.
  • Uso de trampas de atracción. Para detectar la presencia de plagas y controlar su población.

Consecuencias económicas para los aceites del olivar

Las enfermedades y las plagas, además de dañar y provocar la pérdida de ejemplares de olivos, como consecuencia, también generan un impacto económico negativo.

  1. Pérdida de producción. La poda y la muerte de las ramas y hojas pueden reducir la producción de aceite y la calidad de los frutos.
  2. Costes adicionales. Ocasionados por el uso de productos químicos, insumos y mano de obra.
  3. Reducción de la calidad del aceite. Las enfermedades pueden afectar la calidad organoléptica del aceite, incluyendo su aroma, sabor e incluso apariencia.
  4. Efecto en la oferta y demanda. Como última consecuencia, todos estos efectos disminuyen la producción y la calidad del aceite, lo que en un escenario de mercado puede repercutir en el precio del producto final o en las exportaciones.

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