La situación derivada de la pandemia ha impulsado y consolidado hábitos de consumo que ya venían de antes, y ha traído nuevas sensibilidades, como el creciente peso de la sostenibilidad, y muy unido a ello, el valor de la calidad y la durabilidad frente a la cultura de “usar y tirar”. Consumidores más exigentes, que quieren llevar a cabo un consumo más responsable, más inteligente. Y la distribución alimentaria viene tiempo trabajando para satisfacer estas nuevas sensibilidades.
Junto al “efecto pandemia”, en los últimos meses vemos cómo la cesta de la compra se está encareciendo de manera inevitable por factores como el aumento del precio de la energía y de los combustibles; lo que ha he hecho que la variable precio sea un condicionante de peso.
¿Cómo equilibrar todo en la balanza? Hay que facilitar a los consumidores buenas alternativas de compra. Más aún en los productos básicos como el aceite. Por eso, en el lineal no puede faltar el Aceite de Orujo de Oliva. Un producto que reúne calidad, precio, salud, sabor y sostenibilidad, o lo que es lo mismo que permite una compra inteligente, que el consumidor se sienta satisfecho por una compra redonda.
¿Por qué elegir Aceite de Orujo de Oliva es una compra inteligente?
⇒ Porque es un aceite de calidad. Es una de las cuatro categorías comerciales que procede del olivar, garantía indiscutible de calidad. Nuestros olivares convierten a España en el primer productor mundial de Aceite de Orujo de Oliva. Cerca del 85% de la producción se exporta y países de medio mundo, como Reino Unido, Portugal, México, Estados Unidos o Emiratos Árabes, ya disfrutan de sus ventajas. ¿Por qué no disfrutarlas también el origen?
⇒ Porque es un aceite saludable. El Aceite de Orujo de Oliva se clasifica entre las llamadas “grasas buenas” o monoinsaturadas por lo que es una alternativa perfecta para una dieta equilibrada. Hasta un 80% de su composición es ácido oleico y tiene un 2% de componentes bioactivos de potencial saludable.
⇒ Porque es un aceite versátil. El Aceite de Orujo de Oliva está especialmente recomendado para fritura, pero al tener un sabor suave, es una variedad muy versátil que funciona también muy bien en salsas, guisos, sofritos y postres, por lo que se convierte en un básico que no puede faltar en la despensa para cualquier tipo de cocinado.
⇒ Porque es un aceite rentable. Al hablar de fritura, la técnica que más cantidad de aceite necesita, el Aceite de Orujo de Oliva es una elección de calidad y más rentable ya que resiste un gran número de frituras. En concreto, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha comprobado su durabilidad y estabilidad durante más de 20 frituras.
⇒ Porque es un ejemplo de sostenibilidad. Y de aprovechamiento alimentario ya que se obtiene de lo que queda de la aceituna tras su molturación. ¿Sabías que la producción de Aceite de Orujo de Oliva hace sostenible toda la producción de aceite de oliva del país? El sector orujero aprovecha el 100% de la aceituna convirtiendo 6,5 millones de toneladas de orujo graso húmedo en Aceite de Orujo de Oliva, compost, biomasa y otros productos de valor.
Un aceite con una excelente relación calidad – precio y que además resulta muy rentable por su durabilidad, especialmente si hablamos de fritura (más del doble que otros aceites de semillas). Y sin encasillarse en fritura, ya que al tener sabor suave funciona con todo tipo de preparados realzando el sabor original de los alimentos. Pero además un aceite que esconde un gran valor medioambiental, completa y hace posible la producción de todos los aceites del olivar.
Calidad, salud, sabor, rentabilidad y sostenibilidad, sobradas razones para que el Aceite de Orujo de Oliva no pueda faltar en el lineal del supermercado, satisfaciendo nuevos hábitos y nuevas demandas de consumidores que quieren hacer compras conscientes, compras inteligentes.