trazabilidad alimentaria

El Aceite de Orujo de Oliva se obtiene de aprovechar lo que queda de la aceituna tras su molturación para la producción de aceite de oliva. Es decir, se consigue recuperando la grasa restante entre la piel, el agua y la pulpa, lo que explica muchas de sus características diferenciales. Se estima que alrededor del 10% de la producción nacional aceitera se dedica a este producto que comparte estante de supermercado con una gran variedad de aceites vegetales.

 

¿Qué es la trazabilidad alimentaria?

La trazabilidad se define como la capacidad de seguir el rastro de un procedimiento concreto. Se trata de un proceso que cada vez tiene más peso de cara a mejorar la eficacia en la elaboración de un producto y a la hora de comprender la importancia de cada participante implicado en la cadena de suministro.

Así, observando de cerca las distintas fases que atraviesa el proceso de producción de un alimento, es posible identificar con más rapidez la causa que puede estar comprometiendo el resultado o la calidad final del producto en cuestión.

Trazabilidad de alimentos, imprescindible para garantizar la calidad de los productos de consumo

En el ámbito alimentario, las exigencias de los sistemas de trazabilidad tienen como objetivo garantizar una serie de avances en términos de seguridad alimentaria. De ahí que, para poder competir en un mercado agroalimentario cada vez más global y competitivo, sea necesario implantar una serie de estándares comprometidos con la seguridad en el abastecimiento de productos.

Y como no podía ser de otra forma, dado que vivimos en el marco comercial y económico de la Unión Europea, la trazabilidad de los alimentos responde al Reglamento nº1 178/2002 definido por el Parlamento Europeo, una norma que aglutina los itinerarios de producción alimentaria y las cadenas de suministro para todos los países comunitarios.

 

El caso del sector orujero, afectado por los decretos de trazabilidad alimentaria y calidad

En el caso particular del Aceite de Orujo de Oliva, la trazabilidad ha ido escalando posiciones de importancia. En este marco, el pasado mes de agosto se aprobó un nuevo Real Decreto de calidad del AOO que busca mejorar la cadena de suministro y los estándares de calidad, priorizando sobre todo la transparencia respecto al consumidor.

Separación de almazaras, refinerías y extractoras

Esta nueva legislación llega para sustituir a la anterior normativa, en vigor desde 1983, lo que supone un cambio en los sistemas de producción y autocontrol. Tras años en los que las almazaras, las refinerías y las extractoras de Aceite de Orujo de Oliva compartían el mismo espacio, la norma impone que, a partir de ahora, las cooperativas y empresas del sector de nueva creación deberán separar entre sí los diferentes espacios del proceso productivo.

Sistemas de trazabilidad de alimentos para el aceite de orujo de oliva

En línea con esta misma idea, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación exige registrar a través de un nuevo sistema informático todos los movimientos de Aceite de Oliva y de Aceite de Orujo de Oliva que se realicen. Deberá registrarse cada uno de los traslados internos entre las almazaras, las refinerías y las extractoras de Aceite de Orujo de Oliva de una misma instalación, una práctica que busca consolidar el sistema de trazabilidad del aceite español como una garantía de excelencia en términos cualitativos y de cara a las exportaciones.

Es ilegal mezclar aceites

Igualmente, y con el objetivo de garantizar el máximo nivel de calidad, se prohíbe mezclar Aceite de Oliva y Aceite de Orujo de Oliva con otros aceites o grasas de origen vegetal.

 

Beneficios de la nueva trazabilidad alimentaria para el consumidor

Junto a modificaciones como las anteriores, se establecen ciertos límites a la hora de referirnos a la forma de comercializar los productos derivados del aceite. En base a la nueva normativa, términos como “virgen” o “virgen extra” solo podrán ser utilizados para referirnos al Aceite de Oliva y nunca para hablar de otras grasas vegetales.

Este aumento del control y la trazabilidad de los sistemas de producción de Aceite de Orujo de Oliva, además de convertir al sector oleícola español en uno de los más competitivos del mundo, también sirve para fortalecer la relación de confianza con el consumidor, quien, gracias a las garantías derivadas de la trazabilidad, sabe que el producto que se lleva a la boca cumple una normativa que le permite estar tranquilo ante cualquier imprevisto.

El sistema de trazabilidad implantando para el sector oleícola también garantiza un packaging seguro que prioriza la conservación del producto, de ahí que se exijan unos criterios mínimos de envasado enfocados a conservar en condiciones óptimas tanto el Aceite de Orujo de Oliva como el resto de categorías comerciales.

Por último y también en pro del consumidor, la nueva legislación elimina para siempre la práctica del refrescado, una técnica que consiste en mezclar un aceite nuevo con otro de la temporada anterior, con el fin de mejorar las propiedades organolépticas del más antiguo y no desperdiciar así el excedente de producto que pudiese quedar de un año a otro.

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