2022 estaba llamado a ser por fin el año de la vuelta a la normalidad. Lejos de esta predicción, el año ha venido marcado por la inflación, la crisis energética, la guerra entre Rusia y Ucrania y el miedo a una posible recesión. Todo ello en un contexto de intensa actividad legislativa en la que se prevén cambios relevantes para las empresas.
Un panorama incierto en el que, paradójicamente, el Aceite de Orujo de Oliva ha ganado notoriedad ante la incertidumbre generada por la escasez y el encarecimiento del aceite de girasol. Esta inusual atención sobre el Aceite de Orujo de Oliva vivió uno de sus momentos más mediáticos coincidiendo con la celebración de la World Olive Oil Exhibition, celebrada en IFEMA a principios de marzo. Curiosos, profesionales del sector y periodistas se dieron cita en nuestro stand interesándose por las propiedades del Aceite de Orujo de Oliva que, de manera inesperada saltaba por esas fechas a titulares como estos: Por qué el aceite de orujo de oliva es el mejor para sustituir al de girasol: las razones del experto o El sustituto español del aceite de girasol que teme Putin, mejor, más sano y sostenible.
Crecimiento del 27% en las ventas
Este inusitado interés ha sido uno de los factores que ha contribuido al impulso de las ventas en el mercado interno. Según cifras de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (ANIERAC), la campaña 2021/2022 ha terminado con la salida de más de 18 millones de litros de Aceite de Orujo de Oliva, un 27% más que en la anterior campaña. En el acumulado de los diez primeros meses del año, la cifra ha superado los 15 millones, un 21% más que en el mismo periodo de 2021. Este dinamismo en la comercialización no ha evitado, sin embargo, los negativos efectos de la crisis energética, especialmente visibles en la industria orujera que trabaja con cogeneración, abocada a parar por el elevado precio del gas.
«Ahora más que nunca»
Pese a las dificultades, la resiliencia es una de las señas de identidad del sector orujero y, por eso, con ocasión del FÓRUM ORIVA 2022, celebrado en octubre, la Interprofesional ha querido poner el acento en la oportunidad que representa el momento actual para lograr el impulso definitivo. Sin duda el FÓRUM ha sido uno de los hitos del año, junto con otras iniciativas ya habituales en nuestra agenda anual, como los Premios ORIVA de Comunicación, de los que hemos celebrado la cuarta edición y hemos convocado la quinta, cuyo desenlace conoceremos muy pronto. Y por fin ha sido posible recuperar la normalidad en nuestro programa de formación en escuelas de hostelería El Duelo, celebrando una doble final para resolver la segunda y tercera edición. También ha vuelto la normalidad a nuestros viajes de prospección con la participación en abril de 20 periodistas.
Además de estas citas clásicas, hemos seguido con nuestro espíritu innovador en nuestros nuevos proyectos. En I+D ORIVA ha anunciado nuevas líneas de investigación sobre usos en margarinas y repostería afianzando la estrecha colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, así como el diseño y progresiva implementación de un sello medioambiental junto con la consultora Bureau Veritas.
Nuevos proyectos
La innovación también ha impregnado el área de comunicación, con campañas en la distribución alimentaria como “¡A freír espárragos! …o lo que tú quieras” con ediciones en enero y noviembre. Y las redes sociales han cobrado mayor protagonismo con sorteos, recetas, trucos de cocina, consultorios y la incorporación de nuevos embajadores del Aceite de Orujo de Oliva, como David García (@siempre_hambriento), que se une a las colaboraciones de la influencer gastronómica Laura López Mon, la chef María Jiménez Latorre y el dietista-nutricionista Juan Revenga.
Webinars en Aula ORIVA, formaciones en la universidad, publicidad, patrocinios y colaboraciones… 2022 ha sido un año en el que la incertidumbre no ha frenado, sino que ha impulsado la actividad de ORIVA, manteniendo el pulso en un año complicado, gracias al compromiso y unión de todo el sector.
¡A por 2023!
