Hoy traemos una receta tan deliciosa como tradicional. Los churros son todo un clásico para desayunar o merendar. También se toman de postre y son un “reconstituyente” después de trasnochar. Con el frío, incluso, apetecen más, acompañados de un buen chocolate caliente o, simplemente, de un café con leche.
Características :
- Nivel de dificultad:
- Tiempo de preparación:
- Número de raciones:
Masa de churros, ¡el secreto está en sus 4 ingredientes!
Partiendo de la misma masa – hecha solo con agua, harina, aceite y sal – suelen presentarse acanalados, en forma de lazo o de bastón. La única diferencia con las porras es que la masa lleva bicarbonato y hay que dejarla reposar antes de freír. Veamos cómo disfrutar de ellos en casa.
Los churros se preparan en fritura, por lo que el Aceite de Orujo de Oliva es un básico de esta receta. Se trata de una variedad de aceite especialmente recomendado para freír por su calidad y durabilidad. Calidad nutricional porque viene del olivar y está compuesto por ácidos grasos monoinsaturados en un 98%, principalmente ácido oleico. Y durabilidad porque puede usarse más del doble de veces que otros aceites de semillas.
Su sabor suave es otra de las ventajas ya que no alterará el gusto original de la masa. Además, el punto ideal de los churros es un toque crujiente por fuera y esponjoso por dentro. Con una buena técnica de fritura y a la temperatura adecuada, el Aceite de Orujo de Oliva nos ayudará a conseguir esa textura, evitando el exceso de grasa y que los churros puedan caer pesados.
Ingredientes para Churros caseros con manga pastelera :
- 180 gr de harina o una taza
- 240 gr de agua o una taza
- 1/2 cucharadita de sal
- Aceite de Orujo de Oliva
Churros caseros: en el paso a paso, presta atención a la fritura
- Empezamos poniendo a calentar el agua con 2 cucharas de Aceite de Orujo de Oliva y la sal.
- Cuando el agua comience a hervir, añadimos la harina de golpe. Seguidamente, apartamos del fuego.
- A continuación, removemos con una cuchara de madera hasta que la masa se despegue de las paredes del cazo. Tiene que quedar homogénea y sin grumos de harina. Aunque sea algo laborioso, es importante conseguir esta textura.
- Dejamos que la masa se enfríe durante un tiempo aproximado de 5 minutos.
- Cuando la masa esté templada, procedemos a colocarla en una manga con una boquilla rizada gruesa.
- Uno a uno y, con cuidado, vamos formando los churros en la forma que prefiramos: lazo, bastón, etc.
- Llega el momento de la fritura. Echamos una cantidad contundente de aceite para que permitan cubrir totalmente los churros y dejaremos espacio suficiente entre las distintas piezas. En este caso, el aceite tiene que estar a temperatura media. Los freímos hasta que estén bien crujientes y dorados.
- Una vez que consigamos este punto, los sacamos del aceite con ayuda de una espumadera y los vamos escurriendo sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa.
¿Se te antoja un chocolate caliente?
- Si quieres acompañar los churros de un chocolate caliente, en una cazuela calentamos la leche (también se puede preparar con agua). Troceamos chocolate, y cuando la leche esté caliente, pero no hirviendo, lo añadimos a la cazuela. Con unas varillas mezclamos para que el chocolate se disuelva. Cuando empiece a hervir, retiramos del fuego. Para que quede más denso se puede dar un doble hervor.
- Servir y degustar.
Espolvoreados con azúcar o acompañados de chocolate son las dos modalidades más habituales de presentación. Una receta típica y deliciosa para desayunar, tanto para madrugadores como para trasnochadores. También de postre o merienda. Bien crujientes por fuera y tiernos por dentro. ¡Irresistibles!
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