Platos tradicionales renovados: cocina de siempre con aceite de orujo de oliva

La cocina tradicional española está llena de platos que evocan recuerdos: croquetas, tortillas, guisos o asados que nos remiten al sabor del hogar. Pero hoy, la forma de cocinar ha evolucionado. Buscamos recetas con el mismo espíritu de siempre, pero más ligeras, equilibradas y sostenibles. 

En este contexto, el Aceite de Orujo de Oliva se ha convertido en el aliado perfecto para modernizar la cocina de toda la vida sin perder su esencia. Este aceite, fruto del aprovechamiento del orujo, representa una apuesta por la innovación, la sostenibilidad y el respeto a la tradición. 

A lo largo de este artículo de blog descubrirás por qué el Aceite de Orujo de Oliva es el ingrediente secreto para renovar tus recetas, además de algunas propuestas clásicas elaboradas con este aceite versátil y saludable.  

¿Por qué el Aceite de Orujo de Oliva es el ingrediente secreto para renovar tus recetas? 

El Aceite de Orujo de Oliva reúne todas las cualidades que buscan los cocineros de hoy: resistencia, versatilidad y rendimiento. Gracias a su alto punto de humo, 230-240º C en aceite refinado; varía según refinado y uso previo, es ideal para freír, guisar o asar sin degradarse, garantizando una fritura más estable y platos menos grasos. 

Su sabor neutro permite realzar los ingredientes sin alterarlos, logrando resultados equilibrados y fieles al gusto original de cada receta. Además, su uso representa una elección consciente: da una nueva vida a un subproducto natural del aceite de oliva. Así, cada plato se convierte también en un gesto de cocina sostenible y responsable. 

Los beneficios del Aceite de Orujo de Oliva no son una simple percepción culinaria, sino un hecho respaldado por la ciencia. Los ensayos clínicos desarrollados por el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición (ICTAN-CSIC), en colaboración con ORIVA, han confirmado sus efectos positivos sobre distintos marcadores de salud cardiovascular y metabólica. 

En un estudio del CSIC con adultos, con 45 g/día durante 4 semanas, se observaron descensos de LDL y ApoB frente a otro aceite; otro trabajo observó reducción de cintura/una tendencia a menor grasa visceral. Del mismo modo, se han comunicado mejoras en la respuesta insulínica en el conjunto del programa de ensayos clínicos. 

En conjunto, estos resultados respaldan el potencial del Aceite de Orujo de Oliva para mejorar el perfil lipídico, reducir la adiposidad y favorecer la salud metabólica, contribuyendo a la prevención de enfermedades cardiovasculares y al mantenimiento de un estilo de vida saludable. 

Recetas con Aceite de Orujo de Oliva para darle un nuevo aire a la cocina de siempre 

La cocina tradicional puede reinventarse sin perder su alma. El Aceite de Orujo de Oliva aporta ligereza, equilibrio y un resultado más limpio, tanto en frituras como en guisos o asados. Te presentamos cuatro recetas clásicas reinterpretadas con este aceite, todas disponibles en la web de ORIVA. 

Croquetas caseras: más crujientes y ligeras 

Las croquetas son uno de los grandes símbolos de la cocina casera española, ese plato que nunca falta en celebraciones o comidas familiares. Conseguir una fritura perfecta depende tanto de la masa como del aceite, y aquí el Aceite de Orujo de Oliva marca la diferencia. Su alto punto de humo y excelente estabilidad térmica permiten freír a temperatura constante sin que el aceite se degrade, logrando un rebozado dorado, crujiente y nada aceitoso. 

Gracias a su composición, las croquetas se fríen de manera más uniforme y absorben menos grasa, lo que se traduce en bocados más ligeros y digestivos. Además, al mantener su rendimiento incluso tras varios usos, es una opción más eficiente y sostenible para cocinar en casa. 

Un truco para conseguir el punto ideal: fríelas siempre en pequeñas tandas, entre 170 °C y 180 °C, y déjalas reposar sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite sin perder el crujido exterior. ¿Listo para probarlo? Puedes inspirarte en la receta de ORIVA de croquetas de patata y queso, un ejemplo perfecto de cómo este aceite realza la textura y el sabor sin enmascararlos. 

Tortilla de patatas  

Pocas recetas representan tan bien la esencia de nuestra cocina como la tortilla de patatas. Simple en apariencia, pero exigente en técnica, su éxito depende del punto justo de cocción y, sobre todo, del aceite elegido. Freír las patatas en Aceite de Orujo de Oliva garantiza un resultado más ligero y equilibrado: quedan doradas por fuera, tiernas por dentro y sin absorber un exceso de grasa. 

Su sabor neutro realza el dulzor natural de la cebolla y la textura cremosa del huevo, consiguiendo una tortilla jugosa y con ese aroma inconfundible de “hecha en casa”. Además, este aceite mantiene sus propiedades incluso tras varias frituras, lo que permite reutilizarlo sin perder calidad ni generar olores indeseados, algo especialmente útil en preparaciones domésticas. 

Un consejo: fríe las patatas lentamente, a unos 160 °C, para que se cocinen sin dorarse en exceso, y termina la tortilla a fuego medio para conservar la jugosidad del interior. Si buscas una versión original, puedes probar la tortilla de patatas rellena de queso cremoso de ORIVA, que combina la suavidad del huevo con un toque fundente irresistible. 

Guiso de carne en salsa  

El guiso de carne en salsa es sinónimo de cocina lenta, de aromas que llenan la casa y de sabores que se transmiten de generación en generación. Prepararlo con Aceite de Orujo de Oliva realza todo su potencial: este aceite resiste perfectamente las largas cocciones, manteniendo su estabilidad y evitando que los ingredientes se oxiden o pierdan propiedades. 

Su resistencia a altas temperaturas permite sellar la carne a fuego fuerte sin riesgo de que el aceite se queme, lo que garantiza un dorado intenso y una base llena de sabor. Luego, durante la cocción lenta, el aceite ayuda a integrar los jugos y condimentos, creando una salsa sedosa, brillante y con cuerpo. 

Un toque final de Aceite de Orujo de Oliva en crudo antes de servir intensifica el aroma y aporta ese brillo característico de los guisos bien hechos. Es un plato que invita a mojar pan, a disfrutar sin prisa y a reconectar con la cocina de siempre. Puedes inspirarte en la receta de estofado de ternera con patatas de ORIVA, un ejemplo perfecto de cómo este aceite potencia la textura y los matices de un guiso tradicional. 

Pisto manchego: el sabor de siempre con un toque renovador 

El pisto manchego es una de esas recetas que resumen la esencia de la cocina mediterránea: sencilla, honesta y cargada de sabor. Elaborado con verduras frescas, calabacín, pimiento, cebolla, tomate y berenjena, su éxito depende de la paciencia y del aceite con el que se cocinan. Usar Aceite de Orujo de Oliva aporta un toque renovador a este clásico, ya que permite freír y pochar las hortalizas lentamente sin que absorban demasiada grasa, manteniendo su textura, color y sabor natural. 

Gracias a su gran estabilidad térmica, el Aceite de Orujo de Oliva resiste largas cocciones a fuego medio, lo que ayuda a que el pisto conserve su jugosidad y los sabores se fundan sin llegar a quemarse. El resultado es un guiso equilibrado, con notas dulces y ácidas perfectamente integradas, ideal tanto como plato principal como acompañamiento de huevos, carnes o pescados. 

Otra ventaja de este aceite es su versatilidad: puedes utilizarlo tanto para sofreír la base del pisto como para confitar ligeramente las verduras o darle un toque final en crudo antes de servir, que potencia el brillo y los aromas del plato. 

El pisto manchego preparado con Aceite de Orujo de Oliva demuestra que los platos de siempre pueden ganar ligereza y modernidad sin perder su alma. Puedes inspirarte en las recetas de ORIVA, donde encontrarás más ideas para sacar el máximo partido a este aceite en tus preparaciones de verduras. 

El secreto de una fritura perfecta: ¿por qué el Aceite de Orujo de Oliva es tu mejor aliado? 

Una buena fritura requiere precisión, y el Aceite de Orujo de Oliva cumple todos los requisitos. Su resistencia al calor y su composición estable evitan que se queme o se degrade, incluso tras varios usos. Esto permite obtener frituras más crujientes, seguras y saludables. 

Más allá de la sartén: usos del Aceite de Orujo de Oliva en repostería y guisos 

El Aceite de Orujo de Oliva no solo destaca en la fritura, también tiene un papel esencial en la repostería. Gracias a su sabor neutro y su excelente estabilidad, permite elaborar bizcochos y magdalenas más esponjosos y húmedos, sin enmascarar el aroma natural de los ingredientes. Es ideal para masas ligeras que requieren un equilibrio entre textura y suavidad, ofreciendo resultados consistentes incluso en hornos domésticos. 

En la cocina salada, este aceite también aporta grandes ventajas. Su resistencia a las altas temperaturas lo convierte en un aliado perfecto para preparar guisos, asados y estofados con Aceite de Orujo de Oliva, ya que evita la oxidación de los ingredientes, mantiene intactos los nutrientes y potencia el sabor final de cada plato. 

 

En definitiva, el Aceite de Orujo de Oliva demuestra que la cocina tradicional y la innovación pueden ir de la mano. Con él, los platos de siempre conservan su esencia, pero ganan en equilibrio, ligereza y sostenibilidad. Desde unas croquetas doradas y crujientes hasta un guiso lleno de sabor, este aceite aporta estabilidad, versatilidad y un valor añadido que va más allá del gusto: el compromiso con una forma de cocinar más consciente y saludable. 

Incorporarlo a tu día a día es redescubrir los sabores de siempre con una mirada actual, disfrutando del placer de cocinar bien y cuidarte al mismo tiempo. Porque, al final, renovar la tradición también es una forma de mantenerla viva. 

 

 

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