olivo resistente y adaptado al cambio climático

El olivar del futuro: variedades resistentes y estrategias de adaptación al cambio climático

El cambio climático está transformando rápidamente el panorama agrícola mundial, y el cultivo del olivo no es la excepción. Los olivicultores enfrentan retos crecientes debido a la sequía, las temperaturas extremas y el aumento de enfermedades. Por ello, y para garantizar la sostenibilidad del sector, es esencial desarrollar y adoptar variedades de olivo del futuro adaptadas a estas nuevas condiciones.

 

Desafíos del cambio climático para el cultivo del olivo

El olivar, como cultivo emblemático del mediterráneo, está expuesto a un entorno cada vez más hostil debido al cambio climático. Las condiciones adversas afectan tanto a la productividad como a la salud de los árboles, planteando desafíos que requieren soluciones urgentes y efectivas.

Efectos de la sequía y temperaturas extremas

La escasez de agua y las olas de calor prolongadas son dos de los mayores desafíos para el olivar. Estas condiciones reducen la producción, afectan la calidad de las aceitunas y aumentan la mortalidad de los árboles en regiones vulnerables. Además, el acceso a recursos hídricos está siendo cada vez más limitado, lo que obliga a los agricultores a buscar variedades más resistentes a estas condiciones.

Enfermedades emergentes y su relación con el clima

El cambio climático también está favoreciendo la proliferación de enfermedades del olivo como el repilo y la verticilosis.

  • Repilo. Es una enfermedad fúngica que afecta principalmente a las hojas del olivo, generando manchas circulares oscuras que pueden llevar a su caída prematura, debilitando el árbol.
  • Verticilosis. Es causada por un hongo que ataca el sistema vascular del olivo, bloqueando el transporte de agua y nutrientes. Esto provoca la marchitez y muerte de ramas completas, afectando gravemente la producción.

Según estudios del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA), el aumento de temperaturas está creando condiciones idóneas para la propagación de estas patologías, comprometiendo la productividad de los cultivos, por lo que subraya la necesidad de variedades más resistentes.

 

Variedades de olivo que lideran la adaptación al cambio climático

Ante estos retos, las variedades de olivo del futuro representan una respuesta innovadora. Estas variedades han sido desarrolladas mediante investigación genética y selección de cultivos, buscando optimizar su rendimiento y resistencia, garantizando la calidad de sus frutos.

Las más productivas para el futuro del olivar

Nuevas variedades han sido desarrolladas para maximizar la productividad en condiciones adversas. Estas variedades no solo garantizan un mayor rendimiento por hectárea, sino también una mejor calidad de los frutos. Su alta productividad permite a los agricultores mantener la rentabilidad a pesar de los desafíos impuestos por el cambio climático, consolidando su importancia en los sistemas de alta densidad.

Resistencia a la sequía: las mejores opciones

Entre las variedades adaptadas a entornos secos, destacan aquellas capaces de mantener su producción con un uso mínimo de recursos hídricos. Estas variedades son esenciales para regiones afectadas por la desertificación y la escasez de agua.

  • Picual: Resistente a la sequía y con una alta productividad en suelos pobres. Es una de las variedades más cultivadas en Andalucía gracias a su adaptabilidad.
  • Cornicabra: Variedad típica de zonas interiores que tolera bien el frío y el estrés hídrico.

La selección de olivos tolerantes a la sequía es clave para garantizar la viabilidad del sector en zonas donde el agua se ha convertido en un recurso limitado.

Aceitunas rentables en tiempos de cambio

La rentabilidad en el sector del olivar depende tanto de la cantidad como de la calidad del fruto. Variedades como las diseñadas para sistemas de alta densidad permiten maximizar la eficiencia económica y operativa. Estas variedades también destacan por su adaptabilidad a los procesos mecanizados, reduciendo costes y aumentando la competitividad en mercados internacionales.

Variedades como la Picual no solo son resilientes, sino que su aceite tiene alta demanda en mercados internacionales, aumentando su rentabilidad.

Variedades con mayor tolerancia al frío

El frío extremo también es un reto en regiones donde las temperaturas han comenzado a oscilar más bruscamente. Algunas variedades, como la variedad Sultana olivo, han sido seleccionadas por su capacidad de resistir heladas y bajas temperaturas sin comprometer la producción.

  • Arbequina: Destaca por su resistencia a climas fríos y su adaptación a sistemas de alta densidad.
  • Sultana: Recientemente investigada, esta variedad muestra gran resistencia a heladas, permitiendo expandir la producción hacia zonas con inviernos más severos.

Estos olivos son fundamentales para expandir la producción hacia zonas más frías, diversificando las regiones productoras y mitigando riesgos climáticos.

Olivos de alto rendimiento y eficiencia

Las innovaciones también se centran en variedades que ofrecen un alto rendimiento en sistemas mecanizados, facilitando la cosecha y reduciendo costos. Estas variedades son clave para la modernización del sector, permitiendo una producción más eficiente y sostenible que responda a las demandas de un mercado global cada vez más exigente.

Programas como los desarrollados por el IFAPA y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) están avanzando en técnicas de edición genética para potenciar la tolerancia de las variedades tradicionales y crear nuevas adaptadas a condiciones extremas.

 

Innovaciones en variedades de olivo para un futuro sostenible

La investigación genética y los avances en la selección de variedades están impulsando un cambio significativo en el sector del olivar. Estas innovaciones permiten crear olivos más resistentes, productivos y sostenibles, asegurando su adaptación a los retos climáticos. Además, promueven un modelo agrícola más eficiente y respetuoso con el medio ambiente.

Entre los avances más destacados, el aprovechamiento integral del orujo se ha convertido en un eje clave de la economía circular del sector. Este subproducto, esencial para la elaboración del Aceite de Orujo de Oliva, permite valorizar cada parte del fruto y reducir residuos.

El Aceite de Orujo de Oliva no solo refuerza la sostenibilidad del olivar, sino que también contribuye directamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por las Naciones Unidas. Este enfoque respalda el consumo responsable, fomenta la innovación agrícola y refuerza la lucha contra el cambio climático. Por ejemplo, las prácticas de economía circular ayudan a fortalecer la posición competitiva del sector en mercados internacionales, alineándose con la creciente demanda de productos responsables.

Adoptar estas innovaciones no solo garantiza la viabilidad del sector en un contexto de cambio climático, sino que también inspira un futuro donde la sostenibilidad y la rentabilidad puedan ir de la mano. El olivar, como símbolo de la agricultura mediterránea, tiene ahora la oportunidad de liderar este cambio hacia una producción más consciente y resiliente.

 

Entradas recientes​

Blog