El Aceite de Orujo de Oliva impacta positivamente en la economía rural en España, gracias a su papel en la actividad oleícola a través de la generación de empleo estable, una industria innovadora y la promoción de la economía circular. Por lo tanto, desempeña un rol fundamental en la sostenibilidad del sector oleícola y en la fijación de la población en el medio rural.
La importancia del sector oleícola en regiones rurales
El sector oleícola es una de las actividades agrarias más relevantes en España, con una extensión de más de 2,75 millones de hectáreas dedicadas a su cultivo. Este sector no solo tiene un impacto significativo en la economía, sino también en la vida de miles de agricultores, transformadores e industriales que dependen de él.
Dentro de este contexto, el Aceite de Orujo de Oliva se posiciona como un producto de alto valor añadido, resultado del aprovechamiento integral de la aceituna, lo que lo convierte en un ejemplo paradigmático de la economía circular. La industria del Aceite de Orujo de Oliva está compuesta por 50 extractoras y 10 refinerías, principalmente ubicadas en Andalucía, Castilla La Mancha, Cataluña, Extremadura, Murcia y Navarra.
Impacto económico del Aceite de Orujo de Oliva
El Aceite de Orujo de Oliva contribuye positivamente al conjunto de la economía y, en concreto, a la de aquellas regiones productoras de olivar. Por su ubicación en pequeñas y medianas localidades, esta industria favorece el empleo y desarrollo en el medio rural, tal y como se ha mencionado, impulsando la innovación y sostenibilidad en la cadena de valor del aceite de oliva.
Aporte del sector oleícola al PIB nacional
España es el primer productor mundial de Aceite de Orujo de Oliva, representando el 68% de la comercialización mundial. Su producción media se sitúa en las 120.000 toneladas por campaña, con oscilaciones naturales derivadas de cada campaña oleícola. Esta actividad genera aproximadamente 18.000 empleos directos e indirectos, contribuyendo a la revitalización económica y demográfica de la población rural.
Exportaciones e impacto en la balanza comercial
España exporta aproximadamente el 85% de su producción de Aceite de Orujo de Oliva, siendo Italia, Estados Unidos, Portugal, México, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos, India y China sus principales mercados. En la campaña 2023/24, las exportaciones aumentaron un 9,2% en volumen y un 32% en valor, superando los 425 millones de euros.
Generación de empleo y fijación de población en el medio rural
Alrededor de 350.000 agricultores están vinculados a la producción de aceituna y, en el proceso de obtención del aceite, se generan aproximadamente 32 millones de jornales por campaña. Además, su industria colabora con otros sectores como el transporte, la logística y la investigación, fortaleciendo la economía de estas regiones y evitando la despoblación.
Desarrollo de infraestructuras y mejora en los servicios locales impulsados por la industria
La relevancia del sector oleícola del que forma parte el Aceite de Orujo de Oliva, ha propiciado mejoras en las infraestructuras de transporte y energéticas en las regiones productoras. El crecimiento del sector ha impulsado el desarrollo de redes viarias, así como la modernización de tecnologías aplicadas a la extracción y refinado del aceite. Además, la actividad económica derivada del sector ha favorecido la mejora de servicios locales como la educación, la sanidad y el comercio, beneficiando directamente a las comunidades rurales.
Sostenibilidad y economía circular en la industria oleícola
El Aceite de Orujo de Oliva representa un modelo de economía circular como punta de lanza de los subproductos del olivar y exponente del aprovechamiento integral de los subproductos del olivar. Su producción permite la obtención de otros subproductos de gran valor. Entre ellos, el orujillo y el hueso de aceituna, principales tipos de biomasa del olivar, y fuente de energía que permiten la reducción de la huella de carbono, promoviendo la sostenibilidad ambiental.
Desafíos y oportunidades para el futuro del sector
El sector enfrenta retos como la necesidad de mejorar su imagen y dar a conocer sus beneficios nutricionales y culinarios. La inversión en investigación y desarrollo es clave para potenciar su competitividad en el mercado global y fomentar su reconocimiento entre los consumidores.
Asimismo, la incorporación continua de innovaciones sostenibles y el aprovechamiento de avances en inteligencia artificial pueden optimizar los procesos de producción y distribución. Esto abrirá nuevas oportunidades para la exportación y la diferenciación del Aceite de Orujo de Oliva en el mercado nacional e internacional.
En definitiva, el Aceite de Orujo de Oliva impacta positivamente en la economía del medio rural, como motor de desarrollo económico y social en las regiones productoras.